Si el problema es el nombre cámbiatelo! Ponte uno que saque lo peor de ti... Diego, Marin, diccionario...
Y toda la razón del mundo, basta ya de esclavizar a la gente aquí, uno entra pensando en divertirse y termina encadenado a la silla, me sorprende que todavía no haya ido nadie por lo penal!
Ah y a Diego ni caso, que si jugara al parchís vendería su dado! Es un casitero de cuidado.