No esperaba, ni mucho menos, ganar mi partido contra el líder de la otra conferencia. De hecho, he querido aprovechar el partido para repartir minutos de cara al entrenamiento de algunos jugadores. Pero, una vez más (por enésima vez) el motor ha hecho lo que le ha dado la gana, de forma absurda, caprichosa y arbitraria,destrozando mis propósitos al alinear a los jugadores sin seguir, para nada, mis instrucciones a pesar de tenerlas marcadas bien claras.
Después de dos primeros cuartos igualados (25-20 y 27-27), y muy entretenidos y ajustados, en el tercer cuarto se ha vuelto a producir el despiporre habitual, con una docena de ataques consecutivos fallados por mi equipo frente a un porcentaje inaudito de ataques acertados continuados por parte del rival, hasta acabar dicho cuarto en un 27-17. En el último cuarto, sin embargo, ha vuelto la normalidad: 24-22 en mi contra.
Pero, no contento con lo de siempre, el motor ha fallado más que una escopeta de feria en el texto de seguimiento de partido, con ataques de mi equipo que resolvían los jugadores contrarios, o ataques propios defendidos también por jugadores propios.
Esto no hay por dónde cogerlo.
Pero es lo que hay.
Desde luego, espero que el motor sea algo más "lógico" en divisiones superiores. Porque, desde luego, estoy seguro de que ascenderé, a pesar de tanta chorrada.
Pero ya es de traca que un motor falle en algo tan simple como el seguimiento del partido.